A veces parece que no te respetamos
debidamente, pues te canalizamos, te embalsamos, nos bañamos en ti, te
hervimos, te helamos, te envasamos, te contaminamos, te soltamos cuando abundas
y te maldecimos cuando escaseas.
Te bebemos, te hacemos gárgaras, te tiramos
cañerías abajo, te filtramos, ionizamos, llenamos de cloro y de residuos
industriales, te arrojamos botellas con mensajes y detritus varios.
Te lloramos cuando no nos visitas y nos
molestas cuando nos rocías.
Te cantamos y danzamos y nos atemoriza tu
furia.
Eres tan inconsistente que apenas te puedo
sostener en mi palma sin que te escurras entre mis dedos, pero a la vez eres
tan fuerte en las tempestades, riadas, tifones, tormentas tropicales, tsunamis
que eres una destructora natural que nos inspira temor. Sin asumir que sin ti
no viviríamos pero aún así te maltratamos y abusamos de ti.
Pese a todo tú
sigues viniendo a rescatarnos, yo me pregunto hasta cuando tendremos el honor
de estar bajo tu benevolencia.