lunes, 21 de febrero de 2011

14 DE FEBRERO SAN VALENTÍN

A alguien le quema las retinas que todos los escaparates estén a rebosar de corazones carmesí?
Pues a mí sí. Y de qué manera.
Que este día dedicado al amor se ha convertido en un absurdo comercial. Que lo último es querer venderte cuatro neumáticos de coche como si fuera algo romántico. ¿Qué será lo próximo, el gato para cambiarlas?

Y qué me decís del señor Cupido. Un tipo en pañales, con unas alas a la espalda (que todos ya cogemos el avión para ir al pueblo), y armado con un arco y flechas, que alguien debería recomendarle que se compre unas progresivas. Que atina muy poco, ves parejas que no pegan ni con cola, que no se soportan, que no duran o que sencillamente se odian.

¿Qué decir del amor que no se haya dicho ya? Pues del amor se han escrito y creado:
Sonetos
Camisetas
Poemas
Condones
Libros
Ropa interior
Odas
Piruletas
Canciones
Joyas
Postales
Accesorios
Chistes
Ropa de cama
Pps
Menaje
Tatuajes
Escapadas de fin de semana
Blogs
Colonias
Artículos
Cruceros
Películas
Afrodisíacos
Bombones
Camisetas
Peluches
Cojines

¿Y sobre los tipos de amor qué? Pues esto.
Amor a primera vista
Amor de madre
Amor fraternal
Amor eterno (sólo en caso de ser un vampiro)
Amor incondicional
Amor al dinero (ése se encuentra en los bancos principalmente)
El primer amor
Amores que matan
Amor verdadero
Amor inmortal
Amor imposible

Lo mejor del día de San Valentín es cuando llegas a casa y tu “amorcito” te dice:
-He preparado una noche especial, “cariñín” –tú empiezas a sudar, pues en la última escapada romántica que preparó, los equipos de rescate de alta montaña tuvieron que bajaros de Los Picos de Europa-. No tendrás que hacer nada, yo me he ocupado de todo, sólo tendrás que disfrutar de la velada. Y para empezar, te he preparado un baño de espuma. Disfrútalo mientras acabo de preparar la cena.
En frente de la bañera te preguntas ¿dónde estará la espuma? Pues sólo está llena de agua cristalina y además huele extraño. Junto a la bañera encuentras un botecito de esencias. Es la esencia del quemador de velas.
Mejor pasar del baño y darse una ducha.
Cuando entras en la sala, el osito de peluche (regalo del año pasado) que tiene un la panza “I love you” te mira con sorna desde el sofá; a su lado el cojín en forma de corazón regalo del anterior, grita “Te amo”.
Tu “amorcito” ha preparado la mesita enfrente de la tele para cenar. Hay dos velas a medio quemar del que fue el centro de mesa de Navidad. Y es cierto, tú no vas a fregar los platos hoy. Y él tampoco pues los vasos y los platos son de plástico y los cubiertos, ni rastro de ellos.
Se acerca con la cena y con ceremonia rimbombante sirve una pizza a domicilio en forma de corazón.
-Ya verás como te gusta –dice él con una sonrisa y una mirada expectante en el rostro-.
-Sí, genial.
Con el postre viene la entrega de regalos. Él me da un colgante de plástico para el móvil con un corazón odioso al final. Y yo le doy ese aparato de última tecnología que tanto quería y cuyo nombre soy incapaz de pronunciar y que ha hecho un agujero en mi cuenta corriente.
-Y la sorpresa de la noche… tengo preparado el DVD de “Amor Ciego” para verla acurrucaditos.
Genial esa película es tan romántica como un pincho en un ojo.
Me despierto sobresaltada al notar un codazo en las costillas. Me he quedado dormida viendo la película.
-Y ahora la ginda de la noche –dice meneando las caderas de forma que pretende ser seductora y no logra pasar de parecer un cangrejo mareado-.
¡UF, espero que no lleve un tanga de corazoncitos!

Menos mal que San Valentín es sólo una vez al año.

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