En el gran mar vivía un banco de hermosos
pececillos plateados. Bailaban, reían y jugueteaban con la luz del sol, haciendo
una sinfonía de destellos irisados. Entre ellos vivía un pececillo que había
nacido todo de color negro.
-¿Puedo jugar con vosotros? –preguntó el pececillo
oscuro.
-No. Tú no puedes hacer brillar el agua –dijo uno.
-Eres un aburrido –le recriminó otro.
-Mejor alejémonos de él –dijo el tercero dándole la
espalda.
El pececillo negro, solo y cabizbajo se fue con su
madre.
-No te preocupes, amor mío. Ya verás como algún día
querrán jugar contigo.
Por desgracia no todo en el mar era diversión y el
banco de pececillos fue atacado por peces más grandes que se los querían comer.
Ellos nadaron muy apretados de un lado al otro para despistar a los peces
grandes.
En cuanto pasó el peligro se reunieron para hablar
de la situación.
-No podemos seguir así –dio una pececilla
protegiendo a su cría debajo de su aleta.
-Cada vez hay más peces grandes que se nos quieren
comer.
-Pronto no podremos despistarlos a todos –argumentó otro.
-Calma, calma –intentó poner paz el más anciano.
-Yo tengo un plan –dijo el pececillo negro.
Todas las cabezas se giraron a mirarlo, algunos con
escepticismo, otros con sorna y otros con disgusto.
Pero el más anciano, que era un pececillo con mucha
sabiduría, escuchó su propuesta.
La siguiente vez que los pececillos se vieron
amenazados por los peces grandes, se pusieron en la formación que habían estado
practicando. Todos en armonía creando la forma de un enorme pez plateado, con
el pececillo negro al frente simulando el ojo.
Los peces grandes viendo un animal más grande que
ellos huyeron despavoridos.
Una vez pasado el peligro los pececillos plateados vitorearon,
celebraron la victoria y palmearon el lomo del pececillo negro.
Todos estaban muy contentos de estar a salvo e
incluso los pececillos más jóvenes lo invitaron a jugar con ellos.
Este es un cuento que recuerdo del colegio, de
cuando era pequeña. No sé el título original ni el autor. Pero por algún motivo
mi mente recuerda esta historia. Resulta curioso como algunas cosas se quedan
grabadas.
Espero que la hayáis disfrutado.
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