jueves, 17 de noviembre de 2011

LA APUESTA

Recuerdo que hace un tiempo fue noticia de noticiario televisivo, como un hombre sin trabajo ni hogar, había cambiado 1 clip (sí, un clip de esos para mantener juntas las hojas), por una casa.

Con mi amiga Cristina la discusión la tenemos asegurada. Ella se lo cree todo, y yo no me creo nada. Aunque hubiera realizado 1000 trueques no lo lograría. Contaban que había cambiado un clip por una goma de borrar, bueno vale un clip vale 3 céntimos y una goma 15, hasta yo me habría podido permitir eso, pero nadie cambiaría una goma por algo de un valor muy superior hasta conseguir una casa.

Si fuera tan fácil todos lo haríamos, la mía por favor, que sea de 2 plantas, 1000m2 de jardín y piscina climatizada. ¡Venga ya!

Y como no nos poníamos de acuerdo decidimos hacer un experimento, nada tan osado como querer conseguir una casa, pero si conseguir que un mensaje diera la vuelta al mundo. Hoy día tampoco parece gran cosa, pues estamos hartos de recibir mails que han recorrido el planeta 3 veces y que si rompes la cadena quedarás maldito para siempre.
En fin que con el objetivo definido nos encontramos rompiéndonos la cabeza para hacer un pps que valiera la pena reenviar. No fue tarea fácil, así que optamos por contar lisa y llanamente lo que estábamos haciendo, en espera de que la gente lo mandara a sus conocidos o lo borrara a su discreción.

Analizando el tema más profundamente nos dimos cuenta que si hubiéramos puesto un macizorro y/o macizorra ligeritos de ropa el mensaje se habría difundido ya hasta la Luna, aunque es cierto que es un estilo que no va con nosotras. A todos aquellos que creéis que hacer un pps, que resulte lo bastante interesante como para enviarlo es fácil, os reto a que lo demostréis y luego me avisáis.

Después de terminar el pps y subirlo a la web de almacenaje slideboom, el día 9 de junio del 2011 la difusión, empezando por nuestros contactos.
Un tiempo después ya no podía aguantar más la incertidumbre y empecé a indagar sobre la reacción de nuestros conocidos. Algunos se quedaban en blanco como si  no supieran de que les hablaba, otros decían haberlo enviado pero se les notaba a la legua que mentían y otros decían que no se habían acordado pero que lo harían esa misma tarde.
Resultaron ser unos sondeos alarmantemente desmoralizadores, pues yo entiendo que un extraño no le interese siquiera colaborar, pero que un amigo no haga ni dos clicks al ratón por echarte una mano a mi me resulta sumamente revelador.
Total que creo que el pps ha salido del puerto de mi ordenador y el de mi amiga y de ahí no va a pasar.
Cristina que es un sol optimista, cree que aún queda mucho tiempo para acabar la apuesta y que seguro que el pps va dando saltos por el mundo, aunque nosotras no lo sepamos.

Así que esta es la historia que nos llevó a meternos en este lío.

En honor a la deportividad debo decir que el que lo desee lo puede descargar y mandarlo a los amigos, a ver si vosotros tenéis más suerte que nosotras. Y a ver hasta dónde llega.



Si te estás preguntando que nos apostamos…  mala suerte, no te lo voy a contar.

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