viernes, 23 de noviembre de 2012

FRASES CÉLEBRES


     No necesito amigos que cambian cuando yo cambio, y asienten cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor.
Plutarco

lunes, 12 de noviembre de 2012

REVOLUCIÓN AL PODER


Creo que no hace falta comentar nada, el señor José María Gay lo dice todo muy clarito.

domingo, 4 de noviembre de 2012

ADICCIONES



Viernes por la tarde.

Estoy en una cafetería esperando a Elena, he conseguido abrirme paso en su apretada agenda social para tomar algo juntas.

Miro el reloj;  llega tarde, como siempre. Al fin la diviso un par de calles más allá. Va hablando por el móvil mientras gesticula frenéticamente.

Observo ese ritual de conversación que tiene de detenerse para hablar en medio de la calle, haciendo que los transeúntes se vean obligados a sortearla o llevársela por delante. Tanta gesticulación debe intimidar, porque todos la esquivan con gran pericia.

Nunca llegaré a entender por qué hace eso, ¿acaso pararse para hablar acrecenta las posibilidades de que el receptor entienda mejor lo que le estás diciendo, o es que ya no somos capaces de caminar y hablar a la vez?

Después de diez minutos observándola, Elena consigue llegar hasta mi mesa.

-Veo que ya has pedido –me dice ofendida.

-Tenía sed  y llegas tarde –le contesto.

Hace un gesto con la mano descartando mi comentario.

-Me alegré mucho cuando me llamaste, hacía tiempo que no hablábamos –dice Elena.

-Tengo algo que quería contarte…

Bip-Bip. Su móvil suena.

-Perdona un momento –me dice Elena-. Es un mensaje de Vero, que Ramón ha puesto un comentario de mi en su Twitter –dice mirando la pantalla-. Espera un segundo que lo miro.

Teclea frenéticamente en su móvil.

-Que majo, Ramón. Dice que mi cinta del pelo le ha gustado mucho.

-Sí, que majo. Como te decía…

-Un segundo que tengo que ponerle un comentario, sino sería una grosería.

Elena teclea que tecleará.

-Ya está. ¿No te parece un gesto muy tierno de su parte?

-Sí, sí, muy tierno –considerando que Ramón lleva persiguiendo a Elena desde hace tres años y todo lo que alaba es su cinta del pelo, me parece muchas cosas pero tierno precisamente, no-. Como intentaba decirte…

-¿Va a tomar algo? –le dice la camarera a Elena.

-Un te de frutas del bosque pero nada de bolsitas, que sea a granel, con una ramita de canela y una rodajita de limón. Ah, y azúcar de caña biológico, nada de ese veneno blanco para mí.

-¿Nada más? –pregunta la camarera con ironía.

-Nada, gracias. ¿Qué decías? –me pregunta Elena.

Ring-Ring.

-Perdona, tengo que contestar –dice Elena-. ¿Sí? Tomás, no, no quiero hablar contigo, ya te dije en el mail que lo nuestro había terminado. No, no, ni hablar. No voy a seguir contigo, no insistas. Adiós.

-Veo que has roto con Tomás –digo alucinada.

-Sí, se ha vuelto aburrido y ya no lo aguantaba más. Ayer corté con él.

-¿Por e-mail?

-Sí. Espera un minuto tengo que cambiar mi estado en el facebook, que se me había olvidado.

-Claro, claro, tú haz.

Teclea, teclea.

 La camarera que es más lista que el hambre aprovecha este momento para traer el te de Elena y desaparecer inmediatamente.

-¡Ya está! Ahora mi estado es “disponible” –dice emocionada-. Como te decía ahora estoy buscando un hombre que me comprenda, que me lleve de viaje, que me mime…

Bip-Bip.

“¡Gracias, Señor! No creo que pudiera aguantar tanto desvarío mucho más”.

-Vaya, están chateando sin mi –dice Elena incrédula-. Un segundo, pongo un par de comentarios y soy toda tuya.

Teclea, teclea, teclea…

-¡Ya! Deberías probarlo es muy divertido –me dice Elena.

-Otra día lo pruebo. Como intentaba decirte, tengo que…

Bip-Bip.

-Espera, es un mensaje de mi horóscopo. Dice:”Hoy es un día propicio para estrechar lazos con tus amigos”. ¡Madre, mía! Aquí estamos tú y yo estrechando lazos. ¿Cómo lo harán para acertar siempre?

-Ni idea –digo francamente alucinando con mi amiga-.El caso es…

Ring-Ring.

-Es mi madre –dice Elena-. Tengo que contestar sino me dará la lata dos días con su neura de que no la quiero… Hola, mamá. No, no, ya te dije que esta tarde salía con Montse. Besitos de mi madre.

-Devuélveselos –de digo sinceramente.

-No, no iré a cenar hoy. Voy a salir. Sí, mamá, sí a bailar, no, no voy a llamar a Tomás, ya te he dicho que no. Bueno, mamá, tengo que dejarte. Besos. Uf, es una pesada, sólo quiere ser siempre el centro de atención.

-Ya veo –digo.

-Bueno y ¿qué era eso tan importante que querías contarme?

-Pues verás…

-¡Ay, espera! Hoy aún no he subido mi entrada en el blog. No puedo defraudar a mis seguidores, será solo un segundín.

Teclea, teclea, teclea, teclea, teclea, teclea, teclea...

-Bueno, ya está.

Me quedo callada esperando una nueva interrupción del diabólico artefacto. Pero parece que esta vez se queda mudo.

-En la oficina corren rumores de que…

Bip-Bip.

-¡Genial! Tengo una aplicación que me avisa cuando hacen rebajas. Mañana en “Tontie’s a la moda” harán el 30%. Se lo tengo que decir a todas.

Teclea, teclea, teclea.

-Bueno, yo me marcho –le digo a Elena poniéndome en pie.

-Pero si aún no me has contado eso tan importante –protesta molesta.

-Tranquila ya te mandaré un mensaje al móvil en cuanto llegue a casa.

Me marchó del café, con ganas de abofetearme por haber perdido tanto tiempo con Elena.

Ring-Ring.

Miro la pantalla de mi móvil y es Elena. Ahora quiere hablar. Evidentemente no me molesto en contestar.

Bip-Bip.

Es un mensaje de Elena, que está muy molesta con mi actitud.

Bip-Bip.

Es una invitación de Elena a su facebook.

Bip-Bip.

Es una invitación de Elena al chat.

Bip-Bip.

Es la dirección del blog de Elena.

Bip-Bip.

Es un enlace al Twitter de Elena.

Madre mía, ella solita debe tener colapsado el satélite de comunicaciones.

Bip-Bip.

Elena: “Mañana rebajas en “Tontie’s a la moda”, nos vemos”.

¡UFFFFFFFFF!